Decid que queréis vernos esclavas

– No comprendo —dijo Mara, enojada— cómo podemos cometer jamás la debilidad de confesaros nuestros sentimientos… ¡Decid que queréis vernos esclavas y no compañeras vuestras; decid que de un ser que siente y piensa como vosotros queréis hacer unos juguetes vanos, unas máquinas, ya risueñas, ya plañideras y llorosas, que, a medida de vuestro deseo, estén alegres y canten al ruido de sus cadenas, o lloren y giman en vano al compás de vuestros cantos de olvido!…

Flavio, 1861

Feminista